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Reseña de la Novela "El tesoro del convento caído" de José Mª Pérez, PERIDIS
La esperanza que nace de las ruinas
En tiempos de incertidumbre laboral, conviene recordar que las soluciones más transformadoras suelen surgir de la necesidad y la creatividad. Así lo demuestra la historia de las escuelas taller, impulsadas por José María Pérez, Peridis, en los años ochenta. Su origen, como él mismo relata en la entrevista para Cuadernos del Mercado de Trabajo, se remonta a una experiencia infantil en Aguilar de Campoo: sembrar unas habichuelas en el huerto del convento caído. Aquella lección de “se recoge lo que se siembra”, se convirtió en filosofía vital y, décadas después, en un modelo que ha cambiado muchas vidas.
La novela “El tesoro del convento caído” (Espasa) es más que un relato autobiográfico: es la metáfora de cómo una ruina puede transformarse en esperanza. Con su estilo reflexivo y a la vez divertido, Peridis realiza un repaso vital desde su infancia rural en la montaña palentina durante la posguerra y ofrece un homenaje a todas aquellas personas que ayudaron y se dejaron ayudar, que cambiaron su vida a la vez que participaban en la restauración de monumentos y comarcas.
Peridis lo resume con claridad: “Hemos convertido las ruinas en escuelas y en conocimiento, que es lo que garantiza el crecimiento de las personas”. Las escuelas taller nacieron para dar respuesta a un problema acuciante: tres millones de jóvenes en paro. La propuesta era sencilla y revolucionaria: aprender un oficio restaurando patrimonio. No se trataba solo de rehabilitar edificios, sino de reconstruir dignidades, ofrecer un trabajo visible y un sentimiento de pertenencia.
Este modelo, basado en el lema “aprender haciendo y hacer aprendiendo”, demostró que el empleo puede ser un ascensor social y un antídoto contra la exclusión. Los talleres no eran aulas convencionales: eran espacios vivos donde se recuperaban oficios artesanos, se rehabilitaban monumentos y, sobre todo, se recuperaba la autoestima. Como dice Peridis, “todo lo que haces en el edificio te lo haces a ti mismo”. Albañiles, carpinteros y canteros no solo levantaban muros: construían su propio futuro.
Frente a los retos actuales del mercado laboral como la falta de relevo generacional en oficios y la integración de las personas inmigrantes, la filosofía de las escuelas taller sigue vigente. Peridis, propone adaptarlas a los desafíos actuales: formar en sectores como la construcción sostenible y la rehabilitación energética, integrando a jóvenes y colectivos vulnerables. Así, se resolverían dos problemas a la vez: la escasez de mano de obra cualificada y la necesidad de vivienda asequible.
En este sentido, “El tesoro del convento caído”, mezcla de ficción, memorias, testimonio y libro de autoayuda es una muestra de lo que el esfuerzo colectivo puede hacer en bien de la sociedad. “Yo pienso que la novela va a tener un impacto”, afirma el autor en la entrevista concedida a Cuadernos del Mercado de Trabajo.
Esperamos que así sea.